Consuelo, el comienzo de Vivirtual

El comienzo de Vivirtual tiene nombre, apellidos y una historia que merece ser contada. Las ganas de Camino Montañés de construir un mundo mejor vienen de lejos y por ello formó parte durante mucho tiempo del voluntariado de Cruz Roja Málaga

Consuelo y su historia.

Durante este voluntariado tuvo la oportunidad de conocer a Consuelo, una mujer de 81 años, nacida en Toledo, con movilidad reducida, afincada en un pequeño apartamento de Málaga, que por cosas del destino había acabado comprando en su juventud y ahora se había convertido en  su cárcel. En sus planes de retiro, Toledo era su sueño pero no su realidad. No tenía red de apoyo, ni familia, ni amigos ni ningún tipo de relación con las personas de su entorno. Por desgracia lo que si le acompañaba era una agorafobia y fotofobia desarrollada durante años de soledad obligada.

Consuelo había sido enfermera toda su vida, una mujer independiente, valiente y posiblemente algo adelantada a su tiempo, todo ésto se desvaneció cuando se hizo mayor.  Pero un rayo de esperanza llegó a su vida de la mano de Vivirtual. 

El comienzo de Vivirtual.

Durante más de un año y medio Camino fue semanalmente a su casa de forma voluntaria como psicóloga para hacer un seguimiento y realizar ejercicios de memoria. Los inicios nunca son fáciles, pero este era especialmente complicado. Consuelo mantenía su casa a oscuras, Camino solo tenía permitido sentarse en una silla especialmente preparada para ella. Pero, como era de esperar, nuestra CEO no se rindió en ningún momento y poco a poco consiguió que Consuelo confiara y se abriera con ella. 

En todas las pequeñas conversaciones que lograban mantener, Camino se dió cuenta de cómo siempre mostraba referencias a Toledo. Su ciudad natal y cómo éste era el único lugar donde Consuelo quería estar, pero su situación personal y la movilidad reducida se lo impedía. 

Y ahí, es cuándo la tecnología comenzó a formar parte de estas terapias. Gracias a la Realidad Virtual y un vídeo en 360º de Toledo, Camino consiguió llevar Toledo al salón de Consuelo. Sí, Consuelo paseo por las calles, las plazas, el mercados de Toledo sin moverse de su sillón, rompiendo la barrera que separaba a Consuelo de su realidad.

Ese momento supuso un antes y un después en la vida de Consuelo. Porque primero fue Toledo, pero después vinieron muchos más viajes sin salir de ese salón. Y aunque al principio pareciera imposible, las ganas de ver otros lugares hizo que Consuelo comenzará a salir de su casa visitando su barrio en silla de ruedas y más tarde zonas del centro de Málaga.

La posibilidad de volver a Toledo, sus calles, su mercado, hasta su gente, consiguió sorprender a Consuelo, pero en especial, acercarla un poco a un envejecimiento de calidad.

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