Claves a tener en cuenta por los profesionales que trabajamos con personas adultas mayores para crear actividades exitosas de Estimulacion Cognitiva, terapia ocupacional o gerontogimnasia.
Envejecer no es el final, ni es decrepitud, debe ser percibido como una etapa de continuidad, de crecimiento constante, una parte vital de nuestro existir con connotaciones positivas y a tener en cuenta.
Los profesionales somos agentes encargados de reforzar este sentimiento y debemos trabajar el bienestar físico, emocional y psicológico de las personas adultas mayores para poder mejorar su calidad de vida al máximo, para que continúen desarrollando su proyecto de vida acorde a sus valores.
Tener en cuenta a la persona adulta mayor como epicentro debe ser aplicable a todo tipo de actividades, jornadas, talleres ya sean físicas, de ocio o de estimulación cognitiva.
El profesional debe tener en cuenta las capacidades y limitaciones de cada participante dentro de un grupo y contribuir su bienestar y desarrollo personal.
Componentes de una actividad estimulante para adultos mayores son:
- Focalizar el logro de la confianza en sí mismo y en las capacidades aún conservadas de los participantes.
- Alcanzar las metas, reforzando el sentido de autoeficacia y autonomía personal.
- Crear actividades experienciales,dinámicas y motivantes. Este punto es clave para reforzar el sentido de lo vivido y realizado como algo positivo y válido, donde la persona adulta mayor se moviliza a nuevas búsquedas.
- Atender a la persona como única y con necesidades individuales, de lo contrario podrían aparecer sentimientos de fracaso, inutilidad, monotonía o aburrimiento.
- Favorecer la cohesión grupal para aumentar la red de apoyo de los participantes y la motivación.
- Evitar el infantilismo en todos sus variantes, en los dibujos, actividades o “juegos”, manera de hablar, etc. son personas adultas mayores con necesidades e inquietudes propias de su edad.
Algunas necesidades no solo del adulto mayor, sino de cualquier persona con la que trabajemos:
- Necesidad de decisión, respetar la voluntad de acción y participación.
- Necesidad de expresión: participar en actividades donde poder crear, experimentar y transmitir emociones o sentimientos de su historia, dar rienda suelta al talento y habilidades nuevas o adquiridas.
- Sentimiento de utilidad: contribuir, aportar, dar algo de ellos mismos al grupo, a la sociedad. Aprender y descubrir para fomentar sus propias capacidades.
- Necesidad de influenciar, de provocar cambios en otros ámbitos desde un rol de adulto mayor con experiencia, desde lo social a lo familiar.
- Necesidad de adaptación al cambio, de actualizarse en diferentes aspectos, desde el físico al tecnológico, interiorizar los cambios conlleva tiempo y cada persona necesita un ritmo.
La atención centrada en la persona (ACP) no es tarea sencilla, es un concepto muy amplio.
Es un cambio de rol profesional que se abre paso desde hace años para quitar el foco en la enfermedad y ponerlo sobre las capacidades y promoción de la autonomía.
Y no es responsabilidad nuestra exclusivamente este cambio de visión, hay muchos actores en escena. Pero somos los profesionales desde nuestra pequeña parcela, quienes debemos aportar y concienciar sobre un envejecimiento mejor, donde se respete su identidad, se garaticen sus derechos y los cuidados necesarios que mejoren su calidad de vida.